El naufragio de la esperanza, de Friedrich (1824) |
«Invictus»
Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
William
Ernest Henley
(1849–1903)
«Invictus»
Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
agradezco a los dioses si existen,
por mi alma inconquistable.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he estremecido o lamentado en voz alta.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
yace el horror de la sombra,
aún así la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
Soy el amo de mi destino;
Soy el capitán de mi alma.
William
Ernest Henley
(1849–1903)
«Invictus»
negra como el abismo insondable,
agradezco a los dioses si existen,
por mi alma inconquistable.
En las azarosas garras de las circunstancias
nunca me he estremecido o lamentado en voz alta.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza está ensangrentada, pero erguida.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
yace el horror de la sombra,
aún así la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
Soy el amo de mi destino;
Soy el capitán de mi alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios siempre son moderados por los administradores de Nuestro Blog....