Ayudadnos a cultivar los valores como se
cultiva un jardín, con mucha paciencia…
La lista es muy larga.
Existen valores humanos universales que
pertenecen a nuestra naturaleza y
mejoran nuestra condición de
personas.
LA
VALENTÍA se
define como una cualidad de las personas que actúan con esfuerzo, vigor y aliento, ánimo, arrojo
y osadía. La valentía es una reacción emocional
propia de la persona que no se deja abrumar por el peligro o las dificultades.
Es importante que comprendamos que ser valientes no significa no tener miedos,
sino ser capaces de enfrentarnos a ellos.
Por otra parte, el miedo es necesario
para nuestra supervivencia y podemos sentirlo a lo largo de toda nuestra vida,
aunque cambien los estímulos que lo provoquen.
Toda persona necesita desarrollarla para
superar las dificultades, conseguir sus metas, aprender cosas nuevas, defender sus ideas y opiniones ante
los demás y aceptar los resultados de sus acciones.
Ser valiente no es sencillo. La persona
valiente toma decisiones y actúa en consecuencia, y no se deja
paralizar por miedo o incertidumbre. Pero también es prudente y decidida, por eso
consigue mejor sus objetivos y se atreve a enfrentarse a retos.
Una persona que defiende al débil , que
admite sus errores, que afronta las consecuencias de sus actos, que no calla
cuando sabe que algo está mal, puede estar asumiendo riesgos,
pero también está creando una diferencia real en su vida
y en el mundo que le rodea.
El valor no se restringe únicamente a
los actos heroicos ni a superar terribles adversidades; se demuestra en la
actividad diaria, en la actitud que se adopta ante los retos que se presentan
cada día. Pero no hay que confundir valentía con temeridad.
Y es que el valor no radica en la
ausencia de miedo, sino en la capacidad de actuar a pesar de él.
Lo contrario a la valentía es la
cobardía. Quien es cobarde no tiene valor o ánimo para superar las dificultades.
Cobarde y Valiente no se diferencian por su percepción del miedo,
que es la misma, sino por la predisposición a enfrentarse a él o a
rehuirlo.
El vínculo afectivo seguro y los modelos
prosociales de comportamiento pueden facilitarnos el desarrollo y la
manifestación de la valentía.
Os animo desde aquí a ser
VALIENTES
Basado en Cuentos para aprender a convivir de Begoña Ibarrola
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