El primer pez con sangre caliente.

Todos sabemos que los peces son, junto con los anfibios y reptiles, animales de sangre fría (expresión no muy válida en Biología, debería utilizarse el término poiquilotermos o ectotermos), es decir animales cuya temperatura corporal está regida por la temperatura del medio que los rodea, siendo ambas iguales prácticamente.

Las aves y los mamíferos en cambio son de sangre caliente (homeotermos o endotermos), manteniendo su temperatura independiente, con las ventajas que conlleva, del medio que los rodea.

Sin embargo, recientemente biólogos marinos han descubierto que el pez luna real, opah o Lampris guttatus (conocido en Andalucía como gitana o flamenca or los lunares de su piel) se une a una pequeña lista de peces endotermos, siendo sin embargo el único 100% de sangre caliente, ya que el atún, el marrajo o el pez vela mantienen una endotermia en regiones concretas de su organismo.

El estudio apareció en la revista Science el pasado 15 de mayo, en un artículo dirigido por Nicholas Wegner, de la NOAA en La Jolla (California).

Este animal se encuentra provisto de un par de aletas pectorales, que utiliza como si fueran alas, cuyo movimiento es generado por potentes músculos que se encuentran rodeados de una gruesa capa de grasa para evitar las pérdidas del calor que producen. En este sentido el mecanismo fisiológico generador de calor es similar al de nuestro organismo.

Sin embargo la verdadera revolución térmica del pez luna real reside en la actuación de las branquias y una complicada red de vasos sanguíneos que las circundan, actuando en este sentido como un auténtico radiador biológico, que impide que en el proceso de oxigenación de la sangre ésta se enfríe, con la consiguiente pérdida de calor.

Además posee otros circuitos secundarios, en el cerebro y en los ojos, lo que facilita su actuación como depredador de aguas profundas, al facilitar, en palabras de Wegner:

"tener el cuerpo caliente aumenta su velocidad al nadar, mejora el tiempo de reacción y la resolución visual. Esto le da una particular ventaja sobre las presas, que están a la misma temperatura que el agua".

Preservemos la vida de este pez, un ejemplo más de la inagotable biodiversidad de nuestro planeta.