RELACIONES SINTÁCTICAS:
SUJETO Y PREDICADO.
1.- El concepto de oración y
sus constituyentes: sujeto y predicado.
La oración, en cuanto
signo lingüístico, mantiene una relación de predicación con la realidad
extralingüística. Tal realidad se distribuye y analiza en la mente en cuanto
sujeto lógico -aquéllo que ya conocemos- y en predicado lógico -lo que
predicamos del sujeto lógico-. De este modo relacionamos esto con el tema, o
información conocida, y el rema, o lo añadido. No obstante, en la elaboración
lingüística sujeto y predicado gramatical pueden no coincidir con sus homónimos
lógicos. Por ejemplo: conozco que he enviar unas cartas -sujeto lógico- pero no
sé a quién -predicado lógico-: si enuncio ¿Quién
recibirá las cartas? El sujeto lógico ha pasado a gramatical y el predicado
lógico a sujeto gramatical.
De ahí que podamos
afirmar que el sujeto mantiene una relación de predicación de una variable: el
sujeto. Esta variable se define habitualmente con la idea de un ser o hecho
concebido en sí mismo, es decir:un sustantivo u otra estructura o categoría que
funciona como tal:
/una oración subordinada sustantiva: No me importa que vengas tarde.
/un pronombre ¿Quién es el presidente?
/un infinitivo nominalizado: El maldecir es una costumbre poco
recomendable para la paz interior.
/un adjetivo sustantivado: El rojo es mi coche.
Por eso, tanto la Gramática de
Dependencias como el Postestructuralismo afirman que, en virtud de esta
naturaleza predicativa, la oración tiene como único componente obligatorio tal
núcleo predicativo, el verbo, en torno al que se agrupan otras variables, entre
las que se encuentra el sujeto. De ahí que, como veremos más abajo, la
obligatoriedad del sujeto quede en entredicho en la definición tradicional y
generativista de la oración reescrita como SN + SV (V + Pdo.).
2.- La concordancia entre
sujeto y predicado.
Ambos elementos
mantienen una estrecha cohesión desde el punto de vista morfológico y
sintáctico: la concordancia. Los verbos españoles tienen morfema de persona y
número que concuerdan con el sujeto por el siguiente cuadro desinencias,
asumiendo el sujeto en la morfología y haciendo su presencia en ocasiones
innecesaria: ¿Te vas?:
Generales
Perfecto simple Imperativo
Yo 0 0 -
Tú -s -ste 0
Él,
ella o usted 0 0 -
Nosotros-as -mos -mos -
Vosotros-as -is -steis -d
Ellos-as
o ustedes -n -ron 0
Por otro lado, existen
solecismos, o errores de
concordancia, en sentido estricto: El
botón de los pantalones me aprietan. Pero también es cierto que hay
discordancia ad sensum, o psicológica: así en verbos de estimación cobra mayor
importancia el complemento indirecto pues es el que adquiere mayor relevancia
informativa: A nosotros nos gustan el
fútbol; o, en ocasiones, cuando se quiere ponderar la pluarlidad de un
colectivo morfológicamente plural: La
multitud, después de mucho griterío, se avalanzaron sobre el orador.
Los sujetos con
sintagmas nominales coordinados acostumbran a concordar en plural: La vida y la muerte son misterios del hombre.
Salvo si el segundo núcleo nominal no viene actualizado por sí mismo, sino que
toma la actualización del elemento anterior, uniéndose con él: El coser y planchar es una tarea deagradable.
Cuando el verbo está
antepuesto puede concordar con el primer sintagma nominal: Le impresionó el amanacer y el color miel del cielo. Otras veces,
sencillamente concuerda con el más próximo: Le
dijo el grupo de amigos y su hermano que no llegara tarde.
Por otro lado tenemos
discordancias semánticas en los llamados plurales de modestia y mayestático,
donde se usa la primera persona del plural por la del singular. En aquél para
hacer desaparecer un yo a veces
presuntuoso o para compartir retóricamente la responsabilidad de la opinión
vertida: Mantenemos que tal teoría es
errónea. En el mayestático, para marcar el carácter representativo de una
pluralidad en una persona: Nos, el rey.
3.- El problema del sujeto
como agente: la definición semántica.
La gramática
tradicional define al sujeto como aquél que realiza una acción –Juan compra cupones cada día-. No
obstante, la idea de un sujeto agente se ve mermada por el hecho de que no da
cuenta de las categorías semánticas que el sujeto puede adquirir.
·
En las
oraciones atributivas, al sujeto se le atribuye una cualidad; describe una cualidad o estado: Juan es alto.
·
En la voz media, el proceso acaece en el
sujeto sin que éste sea agente: Pedro se
ruborizó ante los elogios.
·
Igualmente
hay sujetos que son lo contrario de agentes en cuanto son ellos los afectados
por la acción verbal, es decir son pacientes:
Visitación recibió una carta.
·
Los
sujetos adventicios no son agentes
sino que un agente exterior les provoca la acción: Cuando se encendió la tele todos se callaron.
·
Por el
contrario, los sujetos causativos
hacen que se realice la acción, pero no son ellos los agentes: Me corté el pelo ayer. En ocasiones es
la propia cosmovisión del idioma el que desambigua, en cuanto, en sentido
estricto, cabe la posibilidad de que el sujeto sea verdaderamente agente.
Podemos concluir, por
tanto, en que el sujeto es una categoría gramatical que no puede definirse
desde un punto de vista semántico como agente. Su función es una realidad
funcional y gramatical que no implica necesariamente un solo caso semántico.
4.- Obligación del sujeto.
Según
el postestructuralismo un acto de habla, o evento,
-¡Que vengas!- es único en un espacio
y un tiempo. A éste le subyace, en un primer grado de abstracción, una expresión,
que es la oración con su entonación y contexto potenciales: Deseo que vengas. A su vez, la expresión
se abstrae en un esquema oracional
que prescinde de todo lo que no sea regido obligatoriamente por el verbo, y sus
casos semánticos se sustituyen por marcadores indefinidos: Alguien desea algo.
Un esquema oracional
supone obligatoriamente un núcleo predicativo, el verbo, y una serie de variables que pueden ser
obligatorias o no. Entre estas variables se encuentra el sujeto, admitido por
las oraciones con él –presente u elíptico-, pero inexistente en las impersonales: son pura predicación de una realidad extralingüística. Así
tenemos las de fenómeno meteorológico: Llovió mucho anoche; las gramaticalizadas con haber, hacer, estar y ser: Es
de noche, Está nublado, Hace frío, Hay gente importante,...; las absolutas
con se: Se vive a gusto con los niños; entre éstas, si el verbo concuerda
con el CD, son pasivas: Se venden botellas -en este caso sí
tienen sujeto gramatical, el paciente, pero carecen de sujeto lógico en cuanto
agente-, pero si no concuerdan con el CD serán activas: Se vende botellas.
Por otro lado tenemos los actos de habla unimembres, relacionados
con la modalidad expresiva: ¡La policía!.
En éstos el sujeto no está en el acto de habla porque ha sido omitido, no
porque no exista: a este acto le subyace una oración con núcleo predicativo: ¡Viene la policía!. Con todo, es
evidente que el hecho de que sean admisibles como unimembres es un hecho de
norma: el uso comunitario de estas construcciones carentes de sujeto han
provocado su fosilización como unimembres; pero el sistema de la lengua nos la
desvela como eventos de habla que sí tienen un sujeto, aunque omitido.
Las oraciones de sujeto elíptico son las que lo tienen callado en el
acto de habla por varias razones: los morfemas verbales de persona y número lo
asumen, haciendo innecesaria su aparición: ¿Vienes?
; es posible que se desconozca: Han
matado al presidente; o que quede sobreentendido por los interlocutores: Han barrido la calle.
5.- Tipos de predicación en
español.
La estructura de la oración, según la definimos, la componen
un sujeto y un predicado. Al mismo tiempo, la oración se compone de un dictum y de un modus. El dictum atiende
al contenido de la representación y su reflejo en la naturaleza morfosintáctica
y semántica de la oración. El modus
-del que hablaremos por extenso al abordar la modalidad- añade la actitud y
adhesión del emisor respecto a su enunciado: así el dictum Juan viene con una modalidad de apelación exhortativa
produce la oración: ¡Que venga Juan!
Atendiendo al dictum, las oraciones
se pueden dividir en atributivas y predicativas.
5.1.-
Predicado nominal.
Su estructura corresponde a un
sujeto del que se atribuye una cualidad expresada en un predicado nominal. La
cualidad, o atributo, se une al sujeto por medio de un verbo que funciona como
mera cópula. Son éstos los verbos copulativos -ser, estar y parecer-, que expresan un modo del ser.
De este modo su estructura es: Sujeto + Predicado Nominal (cópula + atributo).
El verbo copulativo puede omitirse
en oraciones unimembres: ¡Qué linda [es]!.
Por otro lado, puede funcionar incluso como verbo predicativo en oraciones
intransitivas: ¡Es que no quiero!, Estaré en casa,... , con impersonales: Es de día; y como auxiliar: El coche ha sido fabricado por Seat.
Los verbos semicopulativos son
verbos normalmente predicativos que varían su significado para expresar una
cualidad del sujeto, pero sin llegar a ser meros nexos de unión: Los amigos quedaron contentos.
5.2.-
Predicado verbal.
Las oraciones predicativas expresan
un modo del suceder de la realidad extralingüística. En este sentido han sido
clasificadas según criterios de voz -pasivas y activas-, de transitividad y
reflexividad, e impersonales y no impersonales -de éstas ya nos hemos ocupado
arriba, abordaremos ahora las otras-.
Las transitivas tienen un primer afectado por la acción verbal, el
complemento directo (CD en adelante), al que necesitan para expresar por
completo su significado, mientras que las intransitivas no lo necesitan. No
obstante, las oraciones transitivas absolutas
son las que no necesitan de un CD -Llorar-
.
Las reflexivas son un subtipo de las transitivas: en éstas el sujeto y
el término de la acción comparten referente: pueden ser directas si tal término es CD -Me
abrigué- o indirectas si es
complemento indirecto, o de acusativo griego -Me abrigué la cara-. Son causativas
si el sujeto no es agente, sino, semánticamente, mediador para de la acción: Me construí un iglú.
Las llamadas reflexivas intrínsecas corresponden a los verbos
pronominales cuyo significado acaece en el sujeto, sin que éste se constituya
claramente como verdadero agente o término: Me
arrepentí de lo que hice.
Algunos autores incluyen aquí las oraciones con dativo ético en cuanto es un término de la
acción que puede coincidir con el referente del sujeto, si bien tal término es
estilístico y elidible: Me cogí mi coche
y me fui.
Las recíprocas son una modalidad de las reflexivas, pero en este caso
se trata, semánticamente, de una pluralidad cuyos componentes se realizan la
acción mutuamente: Los niños se daban
balonazos.
Dentro de las intransitivas, Alarcos realiza la siguiente división desde una
perspectiva semántica:
·
Estáticas: expresan un modo de estar: Yo me comporto bien.
·
Dinámicas: expresan proceso: Corrí ayer.
·
Eventuales: son verbos transitivos en
construcción eventualmente intransitiva: Ayer
comí tarde.
Las oraciones pasivas no tienen a un sujeto agente que realice la acción verbal,
como sucede con las activas, sino
que su sujeto recibe la acción del verbo y es el complemento agente el que
realiza tal acción. De ahí que éste pase a sujeto y aquél sea CD en la voz
activa : Ese coche ha sido fabricado por
Seat > Seat ha fabricado ese coche.
Con todo, la norma impide esta transformación en algunos casos: Tengo dolores de espalda > *Dolores de espalda son tenidos por mí.
Las pasivas reflejas se forman con la marca se
y con el verbo en tercera persona; pueden ser conmutadas por una pasiva
perifrástica: Se ha firmado la paz >
La paz ha sido firmada.
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