EL SINTAGMA VERBAL.
1.- El sintagma verbal: definición.
1.2.-
Definición de sintagma.
El sintagma es la palabra o grupo de ellas
que, como expansión máxima de un núcleo, posee un sentido unitario, aunque
pueda ser incompleto, en una oración o proposición. Las palabras -o la palabra,
en el caso de que el núcleo sea su único integrante- son las unidades mínimas
desde el punto de vista sintáctico. El núcleo mantiene una relación de rección
con sus expansiones y, si es pertinente, una relación añadida de concordancia:
en el caso del verbo, concuerda en número con el sujeto.
Además del sintagma verbal pueden formar sintagmas, como
núcleos, las otras palabras lexemáticas -es decir, la que tienen significado
léxico: así, tenemos el sintagma nominal, el adverbial y el adjetival- y la
preposición, que es núcleo del sintagma preposicional.
1.2.-
Definición de sintagma verbal.
El sintagma verbal es el centro de la
oración en cuanto es su núcleo, el verbo, el elemento imprencisdible para
predicar un juicio acerca de un modo del ser o del suceder. De ahí que su
función siempre sea la de predicado verbal -PV en adelante-, salvo si
consideramos los verbos copulativos -ser,
estar y parecer-como meros nexos de unión entre el sujeto y la cualidad que
se predica de él en el predicado nominal -PN en adelante-.
Los complementos son constituyentes obligatorios o no,
dependiendo de lo que Tésniére y la Gramática de Dependencias llaman valencias
sintácticas, es decir, de si el verbo precisa de complementación para predicar:
por ejemplo, un verbo transitivo necesita un complemento directo
necesariamente. De este modo, para Alarcos, complemento es lo que modifica el
siginificado del verbo completándolo, ampliándolo o restringiéndolo. En el caso
de que no sean obligatorios -por ejemplo un complemento circunstancial de modo
para comprar- estaremos ante complementos marginales o periféricos;
y si son imprescindibles se denominan complementos
argumentales.
2.- Morfología verbal. Tipos de verbos.
2.1.-
Consideraciones previas.
Al margen de la definición morfológica, el
verbo puede ser definido funcionalmente como elemento nuclear que expresa un
proceso o un estado, ya sea de un sujeto -Juan
canta ópera- o no -Llueve-.
Además, de acuerdo con Tésniére, es una palabra constitutiva, es decir, ejerce
una función estructural y puede regir y ser núcleo de un sintagma; por ello
puede tener carácter autónomo, es decir, puede aparecer solo.
2.2.-
Morfología de los verbos regulares.
Morfológicamente el verbo es una palabra
lexemática, es decir, su lexema
posee un significado léxico que expresa, según Coseriu, un modo del ser o del
suceder. A este lexema, también llamado
raíz , o radical, le acompañan los morfemas
constitutivos. Dentro de éstos, el morfema de tiempo, modo y aspecto se
subdivide en morfema de modo, que da la vocal temática, y en morfema de tiempo
y aspecto; por otro, el otro morfema, llamado desinencia, señala persona y número. Así, en amábamos, am- es el
lexema; -á- la vocal temática; -ba- el morfema de aspecto y tiempo; y -mos el de persona y número.
En español la desinencias
son:
Generales Perfecto simple Imperativo
Yo 0 0 -
Tú -s -ste 0
Él, ella o usted 0 0 -
Nosotros-as -mos -mos -
Vosotros-as -is -steis -d
Ellos-as o ustedes -n -ron 0
Nuestra lengua tiene tres modos, que expresan la actitud del hablante respecto a lo
enunciado: indicativo, para hechos
objetivos y ciertos -Busco a alguien que
viene a este club-; subjuntivo,
para expresar enunciados subjetivos e inciertos -Busco a alguien que venga a este club-; e imperativo, especializado en la exhortación: Cerrad la puerta, por favor.
En cuanto al tiempo,
hemos de distinguir tres tipos desde el punto de vista lingüístico: de un lado
tenemos el momento en que se enuncia, que está lógicamente en continuo devenir;
de otro, el tiempo en que es o sucede lo que se enuncia; y, por último, la
perspectiva que desde su tiempo toma el emisor del momento de lo enunciado -por
ejemplo dar cuenta de un hecho pasado como presente-.
Tenemos el presente
como tiempo neutro porque puede funcionar por los demás -Lorca arriba a Nueva York aún joven; Mañana estoy en la estación con las maletas-; el futuro, como tiempo virtual o
prospectivo; y el pasado, entendido
como tiempo real y restrospectivo.
El aspecto se
refiere a cómo se concibe la acción: como acabada, o de aspecto perfectivo -Llegué a Glasgow-; o bien como durativa, o de aspecto imperfectivo - Llegaba a Glasgow...-. El aspecto
es abordado por algunos autores desde el punto de vista semántico y se refiere al lexema de un
verbo:
·
Verbos
imperfectivos: no tienen fin por definición: saber, conocer,...
·
Verbos
perfectivos: tienen un final siempre: nacer,
salir,...
·
Verbos
reiterativos: implicación repetición de una acción: picotear, botar,...
Formalmente el español, presenta formas fuertes, si llevan el acento en la última sílaba de la raíz
-comparto-, y débiles si el acento
recae sobre la primera sílaba posterior al lexema -compartíamos-. En nuestro
idioma contamos con tres conjugaciones -con infinitivo acabado en ar, er
e ir, que darán generalmente la vocal
temática-. Son formas simples las
que cuentan con una sola palabra -amo-
y proceden directamente del latín. Las compuestas
acivas se ayudan de un auxiliar, haber,
seguido del participio del verbo y son creaciones romances.
El morfema de persona y número se refiere al sujeto y por
eso concuerda con él. De ahí que, según Alarcos, sea este morfema el que marque
la voz, o diátesis: si su sujeto es
agente su voz será activa, pero si
no es agente, sino paciente, marcará la voz pasiva. Nótese como Alarcos omite los verbos formalmente activos,
pero semánticamente pasivos, como recibir:
Pepe recibe una carta, cuyo sujeto, Pepe, no es agente.
Para algunos autores
existe la voz media cuando no hay un
agente claro: ni externo al sujeto ni referente a él mismo: suele coincidir
esta voz con los verbos pronominales:
aquellos que se conjugan con las formas pronominales átonas: Se ha arrepentido, Se ruboriza,...
2.3.- Morfología
de los verbos irregulares, polirrizos y defectivos.
Los irregulares
presentan alguna anomalía en el lexema o en los morfemas por razones de
fonética diacrónica. Estas anomalías se constatan en cambios vocálicos: soñar > sueño; acertar > acierto; pedir > pidió;... o
consonánticos: salir > salga; obedecer > obedezco; hacer > haga; caber > quepo;...
Los verbos polirrizos han heredado varias raíces: por ejemplo, ser > sé, fue,...; ir > vete, id, fueron,... Mientras que los defectivos no poseen completa su
conjugación por restricciones de tipo semántico, así, acontecer y acaecer solo
tienen tercera persona en cuanto siempre tienen como sujeto referentes cuyo
sema común es suceso. Los unipersonales meteorológicos son, entre
éstos, los que señalan sucesos de orden natural y, por ello, van siempre en
tercera persona del singular: Nieva, llueve,...
2.4.-
Tipos de verbos: la transitividad.
En el sistema de una lengua, los verbos no
son transitivos o intransitivos: no existen verbos transitivos propiamente
dichos, según Alarcos, porque la transitividad no es una propiedad de los éstos
sino de los predicados -así, en Ayer comí
pronto no es necesario el CD-; mientras que en otras ocasiones el CD,
innecesario normativamente, puede aparacer pleonásticamente, o por digeminación:
Llovió agua a raudales. Por otro
lado, no todos los verbos transitivos admiten, desde el punto de vista de la
norma, su transición a pasivas: *Un dolor
es tenido por mí.
Los predicados intransitivos no precisan de un
resultativo, o CD, en la norma: arrepentirse,
correr,... aunque algunos de éstos
puedan estar acompañados de un CD estilístico: Corrió grandes carreras.
2.5.- Tipos de
verbos: la reflexividad y la reciprocidad.
Hay verbos cuyo acción
recae sobre un complemento que comparte referente con el sujeto: son verbos reflexivos directos si tal elemento es
CD - Me peino- e indirectos si éste
es CI -Me peino la melena-. Si el
sujeto expresa una pluralidad cuyos referentes intercambian la acción estaremos
ante verbos recíprocos: Los gatos se dan lametones (los unos a los otros).
2.6.- Tipos de
verbos: auxiliares y modales.
Los verbos auxiliares generan un forma verbal compuesta por ellos mismos y una
forma impersonal (infinitivo, gerundio y participio). Los auxiliares pierden
parte de su significado léxico - El
partido viene siendo ya aburrido- y añaden un matiz aspectual según la
forma no personal que los acompañe: con
infinitivo señalan aspecto prospectivo -Se
puso a talar árboles-, acompañados de gerundio dan idea de acción durativa
- Juan anda escribiendo una nueva novela-,
mientras que con participaio señalan aspecto perfectivo -Tengo hechos dos ejercicios-.
Los verbos modales
se unen sin preposición a un infinitivo añadiéndole a éste el modo, o actitud
del hablante frente a lo que enuncia, de ahí que estos verbos expresen
intención, deseo, voluntad,...: Deseo
reír pronto.
2.7.- Tipos de
verbos: no personales.
El infinitivo, el gerundio y el participio
carecen de morfemas constitutivos y les vienen dados por el contexto. El infinitivo, como verbo, expresa acción
imperfectiva -Te encarcelaron por robar-,
y perfectiva si funciona como auxiliar -Te
encarcelaron por haber robado-. Como núcleo verbal de una oración
subordinada tiene el mismo sujeto que la subordinante -Supieron jugar bien el partido-; de no ser así, el sujeto se
pospone: Al marcar mi equipo, salté de
alegría. Puede funcionar como nombre si está lexicalizado y admite
adyacentes propios del sustantivo: El
buen comer es agradable.
El gerundio
simple expresa acción durativa y coincidente con el verbo principal: Me hice una herida cortando pan. Pero si
funciona como auxiliar expresa acción durativa, perfecta y anterior a la del
verbo principal: Habiendo aclarado el
asunto, se marchó. Puede ser núcleo de una oración subordinada adverbial: Habiendo armas y hambre, hay guerras.
Por otro lado ardiendo e hirviendo se han traspuesto
categorialmente a adjetivos de modo normativo: Me bebí un café hirviendo.
El participio
señala aspecto perfectivo y puede funcionar como complemento predicativo -Viene cansado- y atributo de CD -Deja a la niña sentada en su silla- .
También funciona como atributo conjunto a un sustantivo y puede parafrasearse
por una oración de relativo; en este caso funciona como modal o causal: Yo, ocupado en mis cosas, no miré; Un cebo, colgado de un hilo, sirvió de
reclamo. Funciona como participio absoluto si es igualmente atributo de un
sustantivo pero éste no está en la oración principal ni puede parafrasearse por
una oración de relativo: puede ser modal -Yacía
solo, los ojos vueltos, entre la
multitud- y modal -El poema,
quitados algunos errores, es un primor-.
2.8.-
Tipos de verbos: atributivos y semicopulativos.
De ellos trataremos al abordar el atributo
por la íntima relación que guarda con esta función.
4.- Complementación verbal.
4.1.- Atributo.
El atributo es
la cualidad que se le atribuye a un sujeto, relacionándose con él
morfológicamente mediante la concordancia en género y número. Puede funcionar
como atributo un adjetivo, un sustantivo, un adverbio cualitativo -Él es así-, una oración subordinada
sustantiva -El guiso está que te mueres-,
un verbo nominalizado -Esto es vivir-
o un complemento circunstancial -Juan es
de Jaén-. Al contrario del PV, que tiene como núcleo al verbo predicativo,
el atributo es el núcleo del PN. Se le puede identificar mediante su
pronominalización por el pronombre lo:
Están locas = Lo están.
Tal verbo funciona como mera cópula o nexo de unión entre
el sujeto y la atribución, de ahí que se llamen verbos copulativos. Tradicionalmente se ha admitido que,
generalmente, el verbo estar señala
una cualidad temporal -Juan está alto-,
mientras que ser indica un estado definitivo: Juan es alto.
El atributo del
complemento directo es un adjetivo que expresa una cualidad de éste. Entre
el núcleo del CD y su atributo se ha sucedido una transformación de elisión de
una oración copulativa: Me trajo el
vestido impecable = Me trajo el
vestido. El traje estaba impecable. Puede identificarse porque permanece
tras la pronominalización del CD: Me lo devolvió roto.
Los verbos
semipredicativos atribuyen, como el copulativo, una cualidad al sujeto y
por eso el complemento predicativo concuerda
morfológicamente con su sujeto pero, a diferencia de éste sí posee significado:
no es una mera cópula: Los gatos se
pusieron contentos. Cuando un verbo toma valor semipredicativo varía parte
de su significación: Los invitados
andaban por los caminitos del jardín; Los invitados andaban felices con la
noticia de la boda.
4.2.- Complemento
directo (CD).
El CD, o implemento en la terminología de
Alarcos, se relaciona con la transitividad:
un agente, que se identifica tradicionalmente con un el sujeto, pasa o dirige
una acción o proceso a un término: Juan
come peras. Con todo, no siempre es así: en Llueve granizo no hay agente, y en Juan tiene gripe, es precisamente el CD el agente y el sujeto el
paciente.
Semánticamente,
el CD puede ser:
·
Resultativo:
cuando resulta de la acción verbal: Escribí
una carta.
·
Modificado:
si cambia por la acción del verbo: Corté
el césped.
·
Pleonástico:
si lógicamente está intrínseco en el significado del verbo: Lloró lágrimas.
·
Reflejo:
cuando comparte referente con el sujeto: Ya
me he peinado.
·
Estativo:
no se ve afectado por el significado verbal: Tengo cinco duros.
El llamado CD de cantidad -La carrera duró tres minutos- va
perdiendo terreno: a pesar de ser pronominalizable por los mismos átonos que el
CD, semánticamente es un complemento circunstancial.
Por lo demás, se considera al CD como el primer adyacente
verbal semánticamente obligatorio en verbos transitivos. Puede ser identificado
porque se le antepone la preposición a
si su referente es persona: Vi a unos
hombres tirados -salvo si expresa indefinición: Vi unos hombres tirados-. También puede identificarse por su
pronominalización por los pronombres personales átonos lo, los, la y las
y porque puede pasar a sujeto paciente en una oración pasiva: Los caníbales anhelaban devorar a los
misioneros > Devorar a los
misioneros era anhelado por los caníbales.
4.3.- Complemento
indirecto (CI).
Tradicionalmente el CI, o complemento, según Alarcos, se
identifica con el elemento cuyo referente se beneficia o sale perjudicado por el resultado de la
acción verbal. Además se relaciona con la expresión de dativo, que comprende varios tipos:
· Ético: es el complemento representado exclusivamente por
un pronombre átono. Subraya estilísticamente el interés personal o afectivo de
su referente en relación con lo expresado por el verbo. Puede ser elidible: ¡Nos cogemos nuestras mochilas y no vamos
ya! . ¡Cogemos nuestras mochilas y no vamos ya! Para Porto Dapena este
dativo no es CI porque no es un complemento argumental, es decir, exigido
necesariamente por el predicado verbal. Para él es un complemento
circunstancial (CC en adelante) y lo demuestra el hecho de que pueda ir con un
verdadero CI: No me le des pipas al niño.
·
De opinión: es un CI que expresa estimación personal: A mí me interesan las estrellas.
·
Simpatético, o posesivo: expresa posesión: Le robaron la cartera. Robaron su cartera.
Puede ser pronominalizable por los pronombres átonos de
dativo: me, nos, te, os, le,
les y se. El hecho de que su forma sea la un sintagma preposicional cuyo
núcleo es a o para -raras veces- también permite reconocerlo: Eso es fácil para él = Eso le es fácil.
La sustitución de le
o les por la o las, y por lo y los
se denomina laísmo y loísmo, respectivamente y está
sancionado como vulgar por la R.A .E.:
*La di un regalo; *Cómetele.
4.4.-
Complemento circunstancial (CC).
El también llamado por Alarcos aditamento es un término que añade al
predicado una nota acerca de las circunstancias en que se produce lo expresado
por el predicado verbal. Funcionalmente equivale a un adverbio o a una locución
adverbial. Son elementos adyacentes no tan ligados como los dos anteriores al
predicado verbal, es decir, normalmente son marginales, u optativos.
Muchos de ellos no son conmutables por pronombres, sino
que son los adverbios con su misma función los que funcionan como proformas: Lo hago como quiero > Lo hago así. Al
ser muchas las circunstancias de un predicado, pueden aparecer más de uno con
la misma función: En el campo, me quedo
en casa, al lado de la chimenea.
Los CC pueden ser de varios tipos, en la relación que
sigue hay algunos que formalmente son siempre oraciones subordinadas, pero
funcionalmente CC:
· De lugar: expresan una coordenada espacial: Estaré donde tú sabes; se pueden
sustituir por un adverbio de lugar: Estaré
allí.
· De tiempo: dan idea de coordenada temporal: Estaré a las doce; puede ser conmutable
por un adverbio de tiempo: Estaré
entonces.
·
De modo: especifican de qué manera se lleva cabo la acción
del verbo: Vinieron en plan vikingo;
en su lugar puede aparecer un adverbio de modo: Vinieron así.
·
De causa: expresan el motivo por el que se lleva a cabo la
acción verbal: Esta tierra es conocida
por sus vinos.
·
De consecuencia: expresan la consecuencia derivada de la
acción verbal: Cantaba de tal manera que
la dejamos con su canto.
· De finalidad: dan idea del motivo final que provocará la acción
del verbo: Venimos a conquistar el país.
·
De concesión: expresan un obstáculo que dificulta la
acción del verbo pero no la impide: Ya me
lo diga otra vez: no me retracto.
· De condición: señalan la condición necesaria para que se
lleve a cabo lo expresado en la oración principal: Donde no hay capitán, no manda marinero.
·
De comparación: señala el segundo elemento de comparación: Canta bien, como yo.
4.5.- Suplemento
(Sup).
También es conocido como complemento preposicional, u oblicuo: anteriormente la
tradición gramatical lo tomó como una
variante del CC, pero a diferencia de éste, normalmente es un complemento
argumental en cuanto es un sintagma preposicional semánticamente exigido por el
verbo: Prefiero Florencia a Turín, y
no puede ser sustituido por un adverbio.
4.6.- Complemento
agente (C. Ag.).
Es un complemento argumental pero no
aparece en el acto de habla cuando el complemento agente es sobreentendido: Todas las entradas han sido vendidas [ por el personal de la taquilla ] o
cuando se desconoce: Las farolas de mi
calle han sido destrozadas esta noche.
Como el sujeto de la
activa, refleja el referente que realiza la acción del verbo y va precedido de
las preposiciónes por o de -con ésta si acompaña a verbos con un
significado de conocimiento y afectivos: Juan
es querido de todos-.
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