Rosa Navarro (1): Palabras

Las palabras siempre tienen destino.
Allí, donde aún no sabemos el lugar.
Hay palabras que llenan y colman.
Otras rebosan e inundan.
La selectiva memoria quiere borrarlas a veces, 
magnificarlas cuando engrandecen, 
o simplemente mecerlas para que no las cubra el polvo.

Somos palabras y así vemos el mundo,
no con los ojos,
ellos son solo sentidos,
sino con las palabras que decimos,
las que miramos.

A veces deberíamos escribirlas en un papel,
leerlas con la tranquilidad de quien todavía no sabe si se van a enviar,
y arrojarlas
a la intranquila tranquilidad del adiós.

Desde pequeños, decía Benedetti, nos enseñaron donde se encuentran todos los órganos, pero el alma,
el alma,
nunca supimos ubicarla o desubicarla.
La propia.
Porque la que no lo es, tampoco sabemos muchas veces donde mecerla.

Quizás nos debían haber enseñado que las palabras no son sólo letras una tras otra, y que todas tienen un fin, una finalidad, un sentido, goce o sombra, temporalidad o eternidad.

Rosa Navarro es una estudiosa de la palabra, filóloga y catedrática de Literatura española de la Edad de Oro, de la Universidad de Barcelona.

Parte de su trabajo consiste en transmitir palabras, y en uno de sus muchos trabajos editó "Cien palabras. Pequeño Diccionario de autoridades", esforzándose con este diccionario en mostrar a los niños el significado de 100 sencillas palabras, en su adecuado contexto:

AHÍNCO:
Empeño, deseo muy fuerte de hacer o
conseguir algo.

En la casa de un rico mercader
de Ciudad de México, rodeado de
comodidades y de toda clase de
máquinas, vivía no hace mucho tiempo
un perro al que se le había metido en la
cabeza convertirse en un ser humano,
y trabajaba con ahínco en esto.

Augusto Monterroso,
La oveja negra y demás fábulas (1969).

Así no faltará texto, ni contexto, para las palabras. 
Y podrán nacer o morir sin llegar, siquiera, a herir.

Enlace a la obra de Rosa Navarro en EDEBÉ: autora Rosa Navarro