"No hay mordaza más sólida que la que el miedo anuda.
Por eso quienes sabían lo que pasaba callaban"
Antonio Muñoz Zamora
Allí, entre el azul del mar y el cielo
como regias sombras del pasado
se alzan, una tras otra, 142 columnas
para recordarnos quienes fueron,
por qué estuvieron, por qué lucharon
por qué no se rindieron…
porque lo cierto es que nunca se doblegaron,
perdieron la vida por defender aquello en lo que que creían
pero jamás desistieron en su desafío contra la infamia humana.
pero jamás desistieron en su desafío contra la infamia humana.
Ellos, los que sintieron el frio afilado del invierno
el duro azote de la vileza y la inclemencia de sus iguales,
ellos fueron...los que jamás volvieron.
Se hace duro el caminar entre las columnas inertes,
pero cargadas de historia y del dolor de estas personas que
resistieron.. hasta que ya no pudieron más..los embates del destino, que tras
sufrir la dolorosa herida de una absurda guerra, acabaron olvidados en los
pasillos de Mauthausen y Gusen donde les esperaba la más terrible prueba de sus vidas,
el hambre, el abandono y la más absoluta degradación de la vida humana.
Pero ahora ya, jamás serán olvido..Hoy, 5 de mayo, se cumplen 70 años de la liberación del campo de Mauthausen y Gusen, y aunque se pudo haber hecho hace muchos, muchos años, y aunque nunca es tarde, como algún familiar ha declarado por ahí, se ha aprobado en estos días una proposición no de ley para instar al gobierno a que reconozca como héroes de la lucha por la libertad a los españoles que estuvieron en campos de extermino nazi, como el de Mauthausen. Fueron 7532 españoles de los que solo sobrevivieron 2335.
Nosotros queremos recordar también, desde aquí, a los 252 almerienses presos allí de los que 142 no sobrevivieron.
Antonio Muñoz Zamora, fue el último almeriense testigo del horror nazi en el campo de concentración de Mauthausen de donde logró salir con tan solo 29 kilos de vida.
Fue gracias a él que hoy se erige este monumento a los almerienses caídos víctimas del fascismo y el nazismo en este horrible lugar dónde los presos extraían bloques de granito que subían a sus espaldas por los 186 escalones de esas "escaleras de la muerte" dónde tantos hombres perdieron la vida.
Muñoz Zamora murió en octubre de 2003 y sus cenizas fueron esparcidas en el mar que permanece vigilante tras las columnas del monumento al sufrimiento almeriense en el campo de exterminio de Mauthausen.
Escalera de la muerte
No hay mayor pena que saberse morir en tierra extraña.
Lejos de tu sal, de tu sol, y de tu olor.
De tus sonidos.
De tu arena.
De tu monte.
De las calmas o revueltas aguas.
De amaneceres llenos de esperanza y luz, de crepúsculos de miradas infatigables.
Y pensar que.. pero ya no importa, ya no.
Sin embargo allí se alza la memoria de todos ellos, con otras miles de gotas de memoria, cada vez más lejanas del olvido, cada día del recuerdo más cercanas, entre un cargadero mineral y las velas de un náutico club, como gritando que a pesar de estar hechos de carne, a veces debemos vivir como si fuéramos de hierro, y así volar algún día al amparo del eterno mar de sosiego.
¿No pueden buscarle otro rincón el Ayuntamiento de Almería y la Junta de Andalucía?, otro lugar donde al menos la luz del amanecer... y el crepúsculo del atardecer... y el calor de la gente, puedan decirles...
"que tenemos que recordar muchas cosas, compañeros del alma, compañeros".
Enlace al documental completo "Memoria de las cenizas": Vimeo
Memoria de las cenizas [Trailer] from Intermedia Producciones on Vimeo.
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