Machado: ¿Por qué llamar caminos a los surcos del azar?

¿Por qué llamar caminos a los surcos del azar?

Todo el que camina anda, como Jesús, sobre el mar.

Antonio Machado, con el alma en el último surco, con el cuerpo en la última tierra, abandona el 22 de febrero de 1939 las letras de esta España de cerrado y sacristía, legando en nosotros, postreros herederos, el deber de sentir y decir, a aquellos que vieren y entendieren, que

 hoy es siempre todavía

Una de sus pasiones fue la educación. Francisco Giner de los Ríos, cuyo centenario de su muerte tuvo lugar el pasado 18 de Febrero, fue su maestro en la Institución Libre de Enseñanza.
Le dedicó Antonio a su muerte un poema."El Maestro se fue".
El "florecer de España" del que hablaba en ese poema, no pudo ser. 
El sueño de todos aquellos maestros de la República, sueños y esperanzas puestas en los cambios en la enseñanza y la sociedad en general, fueron cercenados por aquella guerra cruel y más tarde por el frío y largo invierno del franquismo.
Hoy, tantos años después volvemos a vivir esa desaliento, que no desesperanza, con respecto al futuro de nuestros jóvenes.
Por eso, hoy, en el día del 76 aniversario de su muerte, para el Machado MAESTRO, con mayúsculas, y para todos aquellos maestros de la ilusión va nuestro recuerdo y admiración. 
Que su llama nos siga iluminando en esta ardua tarea a la que nos enfrentamos cada mañana y su recuerdo nos de fuerzas para seguir luchando por no perder la ilusión que nos mueve día a día.

En su tumba en Collioure, al lado de la tricolor bandera que defendió hasta sus últimas palabras, hay un buzón, donde se dejan letras en verde armadas, para que el maestro, allá donde descanse, sienta que su enseñanza aún queda como mies en el surco:

"solo se pierde lo que se guarda, solo se gana lo que se da"

En tu memoria, maestro.