Si hay algo que caracteriza al ser humano, es la imposición.
La defensa a ultranza de las ideas, pero no de cualquier forma, sino más allá de las palabras, y de los actos.
Con las palabras se pretende minusvalorar y arrebatar las creencias, los ideales, la esencia del alma.
Con la barbarie de los actos se pretenden borrar las vivencias, los pasos vividos, porque así se niega su existencia, su razón de ser, y cesar así el latido del corazón.
El 26 de mayo de 1.831 fue ejecutada Mariana Pineda en Granada.
La historia de aquellos días tiene su eco hoy, donde aún permanece en el recuerdo la figura de una heroína, ajusticiada, ejecutada, vílmente en virtud del poder absoluto, donde solo cabía un pensamiento único.
Mariana Pineda abrazó en medio de la monarquía absolutista de Fernando VII las ideas liberales. La expresión de su libertad, y la defensa de sus ideas y la de sus compañeros lo pagó con su vida.
En los siguientes enlaces tienes información sobre Mariana Pineda:
- Sólo mujer: Mariana Pineda
- Pasión por la libertad.
Años después, la desbordante sensibilidad de Federico García Lorca nos legó en hilos de palabras el sentimiento profundo de la tristeza, de la sinrazón:
¡Oh! Qué día tan triste en Granada,
que a las piedras hacía llorar
al ver que Marianita se muere
en cadalso por no declarar.
Mariana Pineda, prólogo.
Y también el sacrificado y bordado corazón de una luchadora:
Amas la Libertad por encima de todo,
pero yo soy la misma Libertad. Doy mi sangre,
que es tu sangre y la sangre de todas las criaturas.
¡No se podrá comprar el corazón de nadie!
Mariana Pineda, escena última.